Shank es una película que narra una historia agridulce de amor homosexual y homofobia en el Reino Unido. La vida de cuatro adolescentes y el profesor de uno de ellos, que se cruzan y entrelazan. Amor, amistad, odio y violencia.
La historia retrata a Cal, un joven de 18 años. Pandillero sin futuro, enganchado a las drogas y que guarda un secreto: es homosexual. Además está enamorado de su mejor amigo. Cal, a parte de traficar con drogas y de grabar sus actos vandálicos con el móvil, tiene encuentros esporádicos con otros hombres, a los que obliga a que le graben. Se tarata de un caso de homofobia interiorizada, de una homosexualidad atormentada.
Y así transcurre su vida, hasta que conoce a Olivier, un joven francés amanerado que no tiene problema alguno con su homosexualidad. Es entonces cuando Cal descubre una forma más natural de vivir su homosexualidad. Dirigida por Simon Pearce, la historia es bastante regular y que toma como punto de partida, la homofobia en la adolescencia para luego adentrarse en sus raíces más causales.
En definitiva, una película valiente, explícita, excesiva y dura con el tema de la homosexualidad, pero que, a la larga, recalca la libertad de ser quien uno es en realidad sin temor a lo que digan los demás.
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