Que fuerza tienen tus oscuros ojos,cuando desnudo en el salón te inclinas,para poner mi mano sin sonrojo,sobre la dulce piel que me aproximas.
Me tomas y me tiendes a tu lado,entre sombras tu cuerpo me ilumina,sabiéndome rendido a tu cuidado,en tu soberbia torre me reclinas.
Mis besos acarician sin recelo,el baluarte ardiente que se inclina,dejándome a tu lado prisionero,
de tu placer que en fuego me domina.Del movimiento lento de tu mano,que a mi placer ahora se encamina.
Adiós y hasta pronto.
Hace 12 años
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